La sudoración nocturna consiste en la presencia de una transpiración excesiva durante el sueño. El durmiente, a menudo, se despierta por la incomodidad que produce un sudor demasiado intenso que empapa la ropa y las sábanas. Debemos diferenciarla de la sudoración puntual por abrigarnos demasiado al dormir o por dormir en una habitación a una alta temperatura.
Por lo general, la sudación puede ser consecuencia de múltiples causas como la menopausia en mujeres, ansiedad, hipertiroidismo, apnea del sueño, infecciones, enfermedades tumorales o el consumo de medicamentos como antidepresivos, hipogluceamiantes, etc. No debemos alarmarnos si se trata de episodios aislados, pero si se produce de forma continua, es recomendable acudir a un especialista que pueda determinar su causa con precisión.